Consejos para trasplantar hortalizas

Cómo trasplantar una planta puede parecernos, a priori, una tarea sencilla y sin importancia. La llevamos a cabo de manera regular y, en muchas ocasiones, sin prestarle la atención que merece. Sin embargo, es importante saber que este gesto puede marcar el desarrollo de una planta. Y no nos referimos, únicamente, a su crecimiento. Un correcto trasplante puede influir incluso en su buena salud. Un buen motivo para darle a esta labor la relevancia que tiene. Y, lo que es todavía más importante, saber cómo trasplantar una planta correctamente.

 

1. Escoge el momento adecuado

En los meses cálidos, es mejor trasplantar cuando esté nublado o durante las horas más frescas de la tarde. Esto le dará a la planta toda la noche para adaptarse a su nuevo lugar antes de exponerse al calor y la luz brillante del día, que es cuando más actividad metabólica tiene la planta y más va a necesitar absorber agua a través de las raíces. Esto es especialmente importante al trasplantar nuestras plántulas más pequeñas en el huerto.

2. Prepara el terreno

Antes de comenzar el trasplante es necesario tenerlo todo preparado. Saber donde va cada plantón ahorrará tiempo de exposición al aire a las raíces.

Si vas a plantar en suelo: Des-compacta bien, aporta compost y riega bien.

Si plantas en recipientes: Asegúrate de tener un buen sustrato preparado y bien humedecido. Aporta un extra de nutrientes previo al trasplante.

Es muy importante que el medio donde vayamos a trasplantar esté mullido, húmedo y bien nutrido. Una buena opción es utilizar fertilizante a base de algas marinas. Contiene aminoácidos y hormonas vegetales que se asimilan muy rápidamente y que dan mucho vigor a la planta, mejorando además sus resistencia a condiciones adversas. También es muy rico en potasio, que favorece la absorción de agua por parte de las raíces. Así, reducirás el estrés hídrico que suelen sufrir en esta etapa tan delicada.

3. Cuidado con las raíces

El daño que se le pueda provocar en las raíces provoca que la planta tenga que destinar energía a su reparación, en lugar de centrarse en amoldarse al nuevo medio, resistir las horas de luz y acostumbrarse al nuevo régimen de agua.

Hay varias formas para evitar dañarlas durante el proceso del trasplante:

  • Humedece bien el sustrato del semillero, esto facilitará que las raíces salgan todas en lugar de romperse.
  • Trátalas con cariño: No tengas prisa! aprieta con cuidado los márgenes de la maceta para despegar el sustrato todo de una. Si trabajas con semilleros de plástico o reciclados (tipo envases de yogur) una ligera presión en la base bastará para sacar el plantón de golpe.

Qué hacer después de trasplantar una planta

Estas acciones son válidas tanto para prevenir el shock del trasplante como para revertirlo.

4. Crea un ambiente adecuado

Una vez hemos realizado el trasplante debemos intentar minimizar las condiciones que pueden provocar el shock, para que la transición al nuevo medio resulte lo más sencilla posible. Lo importante aquí es favorecer que las raíces destinen toda su energía a extenderse por el nuevo medio, en lugar de dedicarla a buscar nutrientes y agua en un medio hostil.

Los principales peligros de un plantón en este momento son dos: la falta de nutrientes y la falta de agua, lo primero ya lo tenemos que tener solucionado con el aporte de fertilizante previo, para lo segundo tenemos que centrarnos en tres aspectos:

  • Protégela del viento: El viento aumenta la perdida de agua por las hojas y la evaporación del suelo. Para ello, el uso de pantallas y/o vegetación alta resulta de mucha ayuda. Para proteger el suelo y evitar que el viento y la luz incidan directamente, coloca una capa de hojas, paja, o film de acolchado. Mantendrás la humedad y temperatura del suelo a unos niveles adecuados para la planta.
  • Protégela del calor: El truco aquí es sencillo, a más calor, más riego.
  • Protégela de la luz: Si los días son muy calurosos, una sombrilla durante un par de horas al día (o una sabana blanca por encima, que refleje la luz) le dará un respiro más que necesario.

5. Mantén la humedad

La humedad juega un papel importantísimo en este momento. El truco está en empezar con niveles de humedad y riego altos los primeros días e ir disminuyendo poco a poco para que la planta se acostumbre. Tampoco quieres que esté tan cómoda que sus raíces no se desarrollen en búsqueda de agua. Puedes mantener la humedad los primeros días con mini invernaderos individuales o de acordeón.

 

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¡Nos vemos en nuestro próximo post huerter@!

 

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