Defensa fitosanitaria del huerto

 Nuestro objetivo como hortelanos es obtener plantas y frutos lo más agradables posibles a la vista y el paladar. El problema es que en el camino de este objetivo podemos encontrarnos con unos serios competidores a los que nuestros cultivos también les parezcan muy apetecibles. Estamos hablando de bichos, orugas, caracoles, hongos y demás enemigos de las plantas que pueden afectarlas, o incluso acabar con ellas. Debemos aprender a detectar estas afecciones y a clasificarlas para poder tomar las medidas pertinentes para detenerlas, eliminarlas o convivir con ellas sin que nos afecten.

 

Protección de cultivos en el huerto ecológico

La filosofía del cultivo ecológico se basa en la idea de que la naturaleza tiene tendencia a buscar el equilibrio y que una afección negativa en nuestras plantas se debe a un desequilibrio en la balanza entre un enemigo de las plantas y su depredador natural. Nuestra labor consiste en propiciar que estos equilibrios surjan, de manera que no combatimos las plagas y enfermedades, sino que convivimos con ellas, manteniendo a los enemigos de las plantas en niveles bajos.

Para lograr esos equilibrios deberemos trabajar en la gestión del huerto con:

  • ·Diversificación de cultivos: Rotaciones y asociaciones de cultivos.
  • ·Utilización de variedades más resistentes.
  • ·Potenciación o introducción de especies depredadoras de los enemigos de las plantas.
  • ·Eliminación de forma manual de focos de infección eliminando hojas o plantas.
  • ·Uso de técnicas de control biológico a base de extractos de plantas y minerales naturales. Es la aplicación de los llamados productos fitosanitarios autorizados ecológicos. Estos productos son respetuosos con el medio ambiente y con los depredadores de los enemigos de las plantas.

 

Puede que a efectos prácticos no sea fácil conseguir mantener nuestros cultivos lejos de los efectos negativos de los enemigos de las plantas a pesar de seguir los conceptos generales de gestión fitosanitaria para cultivo ecológico. Por ejemplo, si nuestro huerto es pequeño y está cercano a otros huertos de otros propietarios que han dejado que una plaga o enfermedad evolucione, es posible que la presión de la afección sea tan grande que ni con los productos de defensa autorizados podamos detenerla. En este momento, si estamos convencidos del ideario de producción ecológica, debemos aceptar que perderemos la producción del cultivo, ya que no tenemos herramientas suficientes para salvarlo. Hay que tener en cuenta que también hay enemigos naturales de las plantas contra los que no podemos actuar y, por lo tanto, si un cultivo se ve afectado por ellos, la solución es arrancar ese cultivo y evitar que se propague a las otras plantas. Es el caso, por ejemplo, de las plantas afectadas por ciertos virus.

 

Protección de cultivos en el huerto integrado

En el huerto de cultivo integrado utilizaremos todo lo que ponemos en práctica en cuanto a medidas preventivas y de control para el huerto ecológico, pero utilizaremos productos químicos de síntesis cuando, tras observar alguna afección, consideremos que pone en peligro la producción. Primero, para conseguir que no afecte a otras plantas y, segundo, para detener y eliminar el problema. Los productos fitosanitarios también tienen sus limitaciones. Hay que tener en cuenta que también hay enemigos naturales de las plantas contra los que no podemos actuar, a veces porque no existen productos eficaces contra ellos, y otras porque económicamente no vale la pena. Por lo tanto, si un cultivo se ve en esta situación, la solución es arrancar ese cultivo y evitar que se propague a las otras plantas. Es el caso, por ejemplo, de las plantas afectadas por ciertos virus.

En los productos fitosanitarios debemos aprender a reconocer el etiquetado de los productos:

  • ·Plazo de seguridad. Es el periodo de tiempo entre la aplicación y la cosecha en el que no debemos recolectar el producto para su consumo.
  • ·Nombre comercial y materia activa. El nombre comercial de un producto corresponde a su identificación dentro de la oferta de una empresa de fitosanitarios y la materia activa es la composición de ese producto. Por lo tanto, una misma materia activa puede tener dos nombres comerciales diferentes.
  • ·Dosis de aplicación. Es el porcentaje al que debemos mezclar con agua el producto para aplicarlo sobre el cultivo.
  • ·Posibilidad de poder mezclar o no el producto con otros fitosanitarios para completar su radio de acción.

 

La forma de actuación de los productos también nos ayuda a decidir cuál usar. Los hay que actúan por ingestión, otros por contacto y los hay sistémicos. Éstos últimos se caracterizan por ser absorbidos por las plantas y actúan protegiéndola desde dentro, ya sea atacando a un hongo invasor o introduciendo la materia activa nociva para una plaga cuando se alimenta de la planta. Son más efectivos, ya que su distribución es más uniforme, pero a la vez más persistentes y no se pueden eliminar con un lavado como ocurre con los otros. Esto es más limitante desde el punto de vista del consumo humano, ya que deberemos agotar el plazo de seguridad para poder consumir los cultivos, pero también nos permite estar tranquilos en caso de lluvias ya que no lavará el producto y continuará haciendo su efecto positivo sobre la planta.

Es importante no hacer un uso continuado de un mismo producto contra una misma afección. La mejor manera es buscar dos materias activas diferentes y alternarlas para no generar resistencias a las plagas o patógenos. El momento de realizar las aplicaciones fitosanitarias también es importante. En general, hay que evitar las horas en que la temperatura sobrepase los 30 ºC y no realizar aplicaciones después de una lluvia con agua sobre las hojas o en horas en que el rocío aún está sobre ellas. También es importante no realizar aplicaciones con viento ya que la deriva le restaría eficacia.

 

Los enemigos de las plantas. Una clasificación fácil

Básicamente, podemos establecer dos grandes grupos de enemigos: las enfermedades y las plagas. Las carencias o excesos de nutrientes y también las condiciones del medio (temperaturas extremas, golpes de sol, polución, etc.) también afectan al correcto desarrollo de las plantas. Por eso, deberán tenerse en cuenta, ya que además de presentar síntomas parecidos a los de las enfermedades, también pueden propiciar la aparición de éstas debido a la debilidad que generan en las plantas.

Enfermedades

Decimos que una planta está afectada por una enfermedad cuando se ve condicionada negativamente por agentes patógenos (hongos, bacterias, nematodos, virus y similares).

Hongos de suelo y basculares

Este tipo de patógenos atacan a las plantas desde el suelo, donde tienen su medio natural, y las partes afectadas de las plantas son las raíces y la parte del tallo más inmediatamente cercana al suelo. Atacan a todos los tipos de plantas y suelen tener consecuencias fatales para ellas produciendo un colapso total. Atienden a nombres variopintos como: Verticillium, Fusarium, Rhizoctonia, Phytophtora, Pytium, Sclerotium y Sclerotina. Son hongos que atacan cuando las condiciones de drenaje y aireación son deficientes y cuando las plantas son más débiles y tienen menos defensas, como tras la germinación o en el trasplante.

SÍNTOMAS:
Debilidad en las plantas, amarilleamientos, flacidez en las hojas y finalmente muerte de las plantas. Si afecta a semillas puede que ni lleguen a nacer o provoca muerte de las plántulas tras la nascencia. Si arrancamos la planta observamos que las raíces son de color marrón oscuro y no hay raíces jóvenes blanquinosas. Ciertos tipos de hongos afectan al cuello de la planta provocando su adelgazamiento y volviéndolo de color marrón oscuro.

CONTROL:
El control de estas enfermedades es difícil, por lo que las medidas preventivas serán nuestras más eficaces herramientas de trabajo. Suelos trabajados, con buena estructura y buen nivel de materia orgánica donde no se acumule en exceso el agua ni se apelmace el entorno de las raíces de las plantas. Control de los excesos de riego. Plantas fuertes, grandes y sanas en el momento del trasplante serán nuestras mejores armas.

Especialmente indicados son los planteles de Planteliay a que su gran tamaño de planta, y sobre todo su gran cepellón de raíces confieren a la planta una resistencia superior al resto de planteles a este tipo de enfermedades.

El control de la enfermedad una vez contraída es difícil, por lo que, en el caso de tener plantas afectadas, es recomendable arrancar, eliminar y deshacerse de esa planta (no tirar a la compostadora ya que propagaría el hongo). En el caso del cultivo fuera tierra, eliminar ese substrato y poner de nuevo tras desinfectar con lejía el recipiente de cultivo. En casos de suelos muy afectados por estos hongos se puede plantear una desinfección del suelo mediante un método conocido como Solarización que consiste en recubrir el terreno después de regarlo durante el verano con un plástico durante varias semanas para que las altas temperaturas que se produzcan maten a los hongos.

CONTROL QUÍMICO: 
De forma preventiva se pueden realizar tratamientos dirigidos al suelo y al cuello de las plantas con un fungicida sistémico específico como Alexín o Aliette, y como alternativa Previcur Energy (No disponible para uso doméstico, pendiente de registro) una vez a la semana durante las primeras semanas de cultivo.