- Albahaca. Necesita mucha luz y ambientes cálidos, así que junto la ventana es su lugar ideal. Es ingrediente fundamental de la salsa pesto, que puedes hacer en casa machando las hojas con aceite, ajo, piñones y parmesano. También las puedes desecar para aderezar pastas y arroces, como este timbal de arroz integral con quinoa y guacamole.
- Perejil. Básico de nuestra cocina, también lo será de tu jardinera. Una vez adaptado al espacio crece sin problemas y sus ramas son muy productivas. Puedes usar las hojas frescas al natural o secas, para enriquecer salsas o decorar el plato, como haría Arguiñano.
- Cilantro. O lo amas o lo odias, pero seguro que te conquista si lo cuidas en casa. Se parece al perejil pero tiene un aroma exótico diferente, algo picante y ácido. Para que crezca fuerte puedes añadir a la maceta fertilizante rico en potasio y asegurarle un buen drenaje.
- Cebollino. Las ramitas son estupendas para aderezar los platos justo antes de servir. Su aroma es muy agradable y fresco, y crece con facilidad en interior. No necesita tanta luz como otras aromáticas y tampoco demasiado riego.
- Menta y hierbabuena. Son plantas muy vigorosas que crecen bien, poco exigentes, incluso a veces son demasiado expansivas. Aprovecha la abundancia de las hojas para hacer infusiones morunas, digestivas y muy refrescantes también con hielo.
- Romero. Otra planta que no da problemas si tiene buena luz. Crecen en vertical, así que tendremos que ir cortándola desde arriba. Puedes usar las ramitas enteras para aromatizar salsas, asados o guisos, o las hojitas para aliños y marinadas. Combina muy bien en arroces de carne, como este arroz con setas, confit de pato y foie.
Anímate a empezar a cultivar plantas aromáticas empezando con un par de macetas, ¡pronto querrás aumentar tu pequeño huerto! Cuando disfrutas de tus propias hierbas en la cocina, ya no querrás volver a las del supermercado. ¿Cuáles son tus aromáticas favoritas? ¿En qué platos te parecen imprescindibles?